Ser zapatista... [Galería de Beatriz Aurora]

Publicado por Luis

En el marco histórico de las festividades del centenario de la Revolución Mexicana se están suscitando en el país varios movimientos pseudo-revolucionarios atribuidos a diferentes causas y motivos. Desde tomar el simple estandarte de las fotografías de Zapata y frases como Hasta la victoria siempre, hasta cosas más extremas como las intimidaciones a las poblaciones zapatistas en Chiapas.

A todo esto el icono representativo del movimiento de la Revolución tiene un contexto que se ha trasladado a los tiempos que vivimos hoy en día, y aconteciendo esto, el sentido mismo de lo que fue el movimiento agrario ha perdido todo su fundamento, es decir, perdió el sentido mismo que tenía en aquellos días de las luchas agrarias e inestabilidad política.

La Revolución Mexicana resultó ser uno de los movimientos más importantes de la historia del país, sino es que el más importante, que dio como resultado cambios radicales en el sistema político, económico y social. Estos cambios, al igual que en aquellas fechas fueron sufriendo diversas modificaciones hasta llegar a los mismos problemas que se tenía en aquellos días: desorden en las organizaciones gubernamentales y económicas, diferencias sociales y faltas de respeto, crisis económicas y desigualdad social.

Se viven tiempos de incertidumbre e inseguridad, y a todo esto, como movimientos alternos se han dado en el país acciones burdas sin sentido que pretenden revivir lo que fue la lucha revolucionaria siendo estas las festividades por el centenario de la revolución o acciones ciudadanas como son las huelgas. Sin embargo el sentido de la lucha no es el mismo, por tanto los resultados que se buscan obtener por parte de movimientos ciudadanos “revolucionarios” no serán los que se esperan, ni serán los mismos que aquel entonces. Nada ocurre del mismo modo otra vez.

Pero no es lo que pasa con estas acciones de huelgas y protestas en las que el pueblo quisiera darse a oír y a conocer, son más bien las estupideces que se cometen en nombre de la Revolución. Zapata defendió a los pueblos morelenses y los entendía porque era nativo de este estado. Zapata era un hombre desinteresado por el poder, como las personas que quisiéramos tener hoy en día. Zapata no es un estandarte que defiende ideales diferentes confrontados consigo mismos. Zapata es historia, patrimonio y tradición. Lo absurdo es que tomen el simple estandarte sin ningún sentido. Zapata no es una bandera.

Y en lo que respecta a los verdaderos fieles del movimiento zapatista sus ideales son, precisamente revivir la verdadera esencia de Zapata que quería darnos tierra y libertad. Ellos a diferencia de los movimientos sociales “revolucionarios” modernos, hacen, no dicen. Ser zapatista es ser acción. Ser zapatista es lograr el cambio con uno mismo, para poder cambiar a los demás. Ser zapatista no es decir que lo eres, es simplemente serlo. Y esto es lo que se perdió. La historia, los fundamentos, los ideales, la verdad.

Los movimientos que ocurrieron desde el primero de enero de 1994 en las comunidades zapatistas ubicadas en Chiapas, demuestran el verdadero valor del zapatismo como tal. ¿Quién mejor para representar el nombre y los ideales de Zapata que la gente humilde y honrada, quienes son los nativos indígenas de esa región? Como bien se ha dicho: Los zapatistas de 1994 y los zapatistas de 1910 son los mismos.

Tomar la bandera del EZLN y gritar en las calles Zapata Vive o El EZLN no está solo mientras se crea un verdadero caos vial (que repercute en embotellamientos automovilísticos, el retraso en horarios y detener las actividades rutinarias) y se grafitean las calles del centro histórico. Eso no es ni la mitad de lo que representa el ideal zapatista. Eso no es ser zapatista. Ellos no rayan el Centro Morelense de las Artes ni mucho menos el Museo de la Ciudad.

Ser zapatista es apoyar con hechos, pero de manera concreta y para bien, no de manera absurda y sin sentido ni valor. Zapata vive, es cierto, pero vive en sus ideales que nos ha heredado y en las acciones que llevamos a cabo para preservarlo y recordarlo.

El EZLN ha sabido transportar aquellos ideales a lo que se vive hoy en día. Pero las terceras personas que resultamos ser nosotros, el pueblo, no hacemos nada por apoyarlos de la manera que ellos se merecen y como en verdad debería ser: participando de forma activa en los cambios que este país merece y necesita. Si queremos crear un cambio debemos empezar ya, y debemos comenzar cambiando nosotros mismos, y participar en los cambios que beneficiarán al país con grados diversos de participación y de compromiso.

"No estamos proponiendo una revolución ortodoxa, sino algo mucho más difícil: una revolución que haga posible la Revolución."