miércoles, 28 de julio de 2010

SEMANARIO.

Publicado por Luis Marín.

De bicicleta, guitarra y escritos… (Lágrimas y risas)

Así que resulta que después de todo, pero DESPUES DE TODO, todo logra recuperar su fondo y forma, su orden, su equilibrio. Resulta que uno sufre pensando que lo que le pasa es lo peor del mundo y puede, tal vez, que así lo sea en el momento. Dios, el Karma, la vida… ¡No sé! Pero ¡gracias!, a quien sea, o a lo que sea, que todo logre recuperar su forma original. Como bien dijo alguna vez Café Tacuba en su canción de El Ciclón: “Quiero hacerla un cuadrado, deformarla en un triángulo, pero la vida SIEMPRE vuelve a su forma circular”.


Últimamente han pasado tantas cosas en mi vida de un modo tan voraz que hasta fechas y motivos olvido. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Y después de todo, parece que por fin veo algo de claridad en éste oscuro sendero que recorrí durante simplemente unos días que a mí me parecieron eternos. Hoy les contaré, no todo, claro está. Y no me pregunten por qué lo hago. No creo que sea chismoso, tal vez sea que quiero hacer catarsis, ¡no lo sé!, pero les puedo asegurar que nos es una necesidad narcisista de sentirme el centro del universo. Tampoco es un dogma dramático de jugar el papel de la víctima. Suficiente tengo ya con yo tener que estudiarme y ponerme atención como para ir de mártir repartiendo culpas que son sólo mías por todo el mundo. Si quieren leer ésta entrada, sean bienvenidos:

Comenzando por lo bueno:

Ésta semana, después de tanta bronca y tantos problemas turbulentos que me azotaron de un modo casi imprevisto, pero meramente planeado por ése fantasma mío que se llama egocentrismo (en la psicología Gestáltica se conoce como el perro de arriba; y en la Psicología, digamos “normal”, se conoce como el súper yo), conocí muchas cosas de mí, de otros y de la vida que me hacen HOY estar mucho más tranquilo, sereno, pero sobre todo: racional.

Ayer conocí a un ángel. Ayer, después de despedirlo a la puerta del negocio de mi terapeuta (a punto de entrar a terapia, por supuesto) escribí esto en lo que tenía a la mano, mi agenda: “Hoy conocí a un Ángel. Hoy lo conocí y fue maravilloso. No exagero, es verdad. Hoy: conocí un ángel

Me refiero a un nuevo amigo, una persona maravillosa que conocí ayer. Su nombre: ... bueno, no estoy muy seguro de querer nombrarlo, después de todo él mismo me dijo que le reclaman en usar seudónimos, pero yo le pedí que conmigo usara uno. No sé. Por respeto, tal vez, ahora no mencionaré su nombre (y no es un secreto de estado, no dudo que sea muy conocido). Él, al igual que yo, es escritor. Y me alagó maravillosamente con el simple hecho de decirme que le agradan mis escritos. Yo soy gran admirador de él. Pero como se lo dije: “no sé qué palabras utilizar para referirme a tu trabajo. No soy crítico ni nada parecido. Simplemente me gusta”.

Charlamos un corto pero provechoso rato. Me escuchó más él a mí que yo a él, por eso de le debo una disculpa. Pero más que eso, las gracias. Mis gracias eternas para ti, querido amigo. No dudo que esto es el comienzo de una muy buena amistad.

Me explayé, hice catarsis y me escuchó y me aconsejó tan firme y humilde como eso, precisamente, un ángel. Parecía psicólogo o por lo menos un conocedor en ésas experiencias, no lo sé. Pero me ayudó mucho. Y eso se aprecia.

Aun falta mucho por conocer mutuamente, pero fue un buen comienzo. Gracias, amigo, por ayudarme a aclarar mis pensamientos, pero sobre todo: mis sentimientos.

“¿Y quién se atreve a sostener que mi corazón es una locura?, ¿Y quién se atreve a sostener que mi corazón no es una locura?”

Bueno, por otra parte, como ya lo mencioné, comencé a ir a terapia. Era algo que buscaba ya casi desesperado desde hace mucho tiempo. Y mi terapia con el locero comenzó con un clavado libre a la confianza que deposité en el terapeuta. Fue un buen inicio. Fue: pleno. Y eso me agrada. Me agrada descubrirme y descubrir mis “porqué’s”. Hoy ya sé, por mi terapeuta, por mis vivencias, por mis compañías, pero sobre todo por mí mismo, qué es lo que quiero, qué es lo que pienso y qué es lo que siento. También sé que haré (no les miento, con un miedo inmenso aún). Pero bueno, la vida es riesgo, como bien me lo dijera un amigo. ¿Qué sería de la vida sin un poco de riesgo?

Me confieso ahora más tranquilo, pero aun muy miedoso. Hoy: “Quiero perder el valor que gané por miedoso”. Hoy quiero ganar ése valor que ganaré por perder el miedo. Y eso solo se logra encarando el miedo. Y enfrentaré el miedo más grande que sufro hoy por los prejuicios y la incertidumbre: la posible realidad de que el amor primero más grande que he tenido se haya ido definitivamente para siempre de mi lado.

Sí, me sueno muy dramático y me dejo estar en el drama. Ya no me escondo tras ésa máscara de orgullo y “madurez” fingida que me ponía cada vez que tenía miedo de que la situación se me fuera de las manos y quería controlarla yo, ensimismándome y según yo estando bien, cuando era todo lo contrario.

¡Aaaah!, ¡Qué bien me siento! De no esconderme, de ser franco… ¡Qué respiro! Disculpen, sé que no les interesa, pero como dije antes: quería hacer catarsis. ¡QUÉ BIEN SE SIENTE SER YO!

Retomando el tema, han llegado a mi vida tantas cosas buenas. A demás del ángel de ayer, también han llegado como caídas del cielo otras amigas ya conocidas pero que ahora llegan como sabiendo que las necesitaba: Ana Zagal, Zianya Vértiz, Isa Toledo y Yeni Rueda. Muchachas, gracias por todo. Las adoro, ¿lo saben? ¡Las adoro!

Por otro lado, la distracción para olvidar ha sido muy factible par eso, precisamente: olvida. Pero es una perfecta excusa para evadir los problemas. Comencé un proyecto musical con la esperanza de llegar a hacer tova alguna vez. Por el momento me encuentro componiendo, arreglando ya aprendiendo. Es muy chido.

Escribir… ¡es mi pasión! ahora más que nunca.

Y el deporte, es buen distractor. Jajaja, pero llega la noche y no puedes evitar pensar antes de dormir. Por eso, hermanos: no tomen café.

Estoy enamorado. Sí, lo estoy. Lo digo con una probable muestra de arrepentimiento [?], pero muy muy sincero.

Ya me voy… debo ir en bicicleta por ahí… no sé. Quiero perderme un arto y escribir, escribir mucho.

Quería contarles lo malo, pero ¡NO!

¡Esta boca es mía!, que quede claro.

Hoy quiero disfrutar. Dependiendo de lo que pase mañana… les contaré lo malo y lo peor o algo mejorcito. Tengo esperanza. Tengo fe. ¿Qué sería de la vida sin ello?

"¡Qué sabroso usar palabras para no decirte nada!"
-Jaime Sabines-

¡Que Dios los bendiga!




¿PORQUÉ NO DARLE UNA OPORTUNIDAD AL DESTINO?

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por todo esto.
    Mucha vitalidad para los proyectos venideros :)

    Un gustazo leerte n.n

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  2. Señor escritor. "alagó" lleva h, que aunque muda ahí esta XD..

    No me hagas caso... yo necesito rehabilitación en acentos XD

    Te quiero mucho Luisito... mucho.. muchote...

    Sra. Chupacabritas

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  3. Luis! me da tanto gusto leerte lleno de alegría y vitalidad!!!! Espero no defraudarte en un futuro y ni te preocupes si hablaste mucho, así son las cosas, en éstos casos como te dije surge la necesidad de relatarse, y tú lo haces muy bien. Con mucha honestidad, eso siempre se agradece, es de lo mejor.

    Cuídate. Espero verte pronto que a mí también me gustó conocerte.

    Saludos y mucho ánimo!!!!

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