Que si no me hubiera levantado hoy ¿qué hubiera pasado? –me pregunto yo-
Y es que curiosamente, cuando te levantas con una extrañez loca en tu cabeza, normalmente suceden cosas a tu alrededor que empecinan mas tu día. Te agüitan más.
Hoy, por ejemplo, solo quisiera brindar por mí. No quiero nada más. Solo quisiera llorar, hacer una rabieta, lanzar mi futuro y mi pasado contra la pared… que me acabe el agua de mis ojos. Dormir, besar… y brindar, después de todo.
¿Qué hubiera pasado hoy si nada hubiera pasado ayer? ¡Benditas coincidencias de la vida que me hacen incidir en lo mismo una y otra vez! ¡Bendita ley de los deseos y las desesperanzas que habitan mi corazón mudo!
(¡Bendito seas, Jorge!, gracias por enseñarme esta canción y por compartirla conmigo.)
Cosas como estas, que suceden cuando no tienes cabeza porque la perdiste o la dejaste olvidada en algún lugar de tu recamara, son las cosas que te hacen llorar sin ojos. No sé si me explico. Y es que cuando muero lloro, pues. Y si vivo, muero. ¿Qué será?, entonces...
Reitero mi pregunta: Que si no me hubiera levantado hoy ¿qué hubiera pasado? Sea, pues.
Para esos días en los que no tienes cabeza, es mejor no buscarla. Seguro habrá algunas letras que la encuentren para ti.
ResponderEliminarGracias por el comentario en mi blog. La halagada soy yo. Qué bueno que te gustó mi primer poemario. Espero verte en alguna presentación del segundo.
¡Saludos! ¡Claro que seguiré visitando!