martes, 20 de octubre de 2009

Delirios Existenciales.

Publicado por Luis


¿Veracidad o falacia?
¡¡Cuán débil es la inocencia de la mente humana!!, ¡¡Cuán tonta es la lógica "espiritual" del hombre!! En realidad todo es más real de lo que creen, mas se niegan a abrir los ojos a la realidad, a una realidad por demás obvia e inevitable ¿Cuántas veces no nos creemos las mentiras que nos vende la sociedad? Mentiras que sabemos que eso son, mentiras, pero por idiotez humana nos empeñamos en volver verdades mentiras que al ser comparadas con la realidad quedan reducidas a simple algarabía idiota del pobre intelecto humano. Simples y sencillas cuestiones convertidas en toda una novela sin bases y escrita de una manera un tanto torpe, atiborrada de falsedades y ficción, llenas al por mayor de necias mentiras y torpes afirmaciones de testigos inventados por una mente bastante tonta e incomprensible. Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error. Todo esto producto de una sola cosa: La ignorancia. No es tanto el hecho de saber las cosas, si no el hecho de creerse esas cosas. ¿No es acaso la ignorancia la que nos tapa los ojos a una realidad palpable? Y lo sabemos, sabemos cuál es el motivo. El fin justifica los medios y si el fin es la ignorancia queda por demás decir cuáles son los medios. Pobre mente humana cerrada a la realidad, una realidad obvia. La verdad está ahí, tan real como tú lo quieras ver, mas ese es el problema… no lo quieren ver. La única verdad existente es la que tú mismo te creas.


“Todo lo que vemos desfilar ante nuestros ojos, todo lo que imaginamos, no es sino un sueño dentro de otro sueño.” -Edgar Allan Poe.-

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La observaba en la distancia. Ella, tan bella, jugueteaba con el aire que acariciaba sus negros cabellos, despreocupada y alegre conversaba con sus amigos. Nada parecía preocuparle.

En conversaciones anteriores, me fue comunicado (no por ella) que la razón del “NO” era el miedo. Nunca entendí ni acepté sus condiciones y términos, porque a pesar de que no fue ella misma la que los impuso, mi débil mente humana de cierto modo también comprendía y pasaba por todo eso. Pasó. Y está pasando. Miedo.

¿Qué podía hacer yo, contra los impedimentos naturales de la insuficiente capacidad humana de aceptar su entorno? Nada. Pasó. Trate de divagar mi mente en otros asuntos. La razón de la que ella estuviera en mi cabeza no era exactamente la que debía ser, no era esa extraña necesidad de convencerla de que lo que vendría sería mejor tanto para ella como para su futuro. En parte lo era, una gran parte de la razón lo era. Pero no era la razón primordial. Olvidaba por completo esa razón vaga que no lograba llamar mi atención, aunque me llamaba a gritos. No, la razón por la que no podía sacarla de mi mente era una razón por completo ajena a esta. Pero no entraré en detalles…

Las clases no fueron lo suficientemente llenadoras para satisfacer mi sed de respuestas. Miedo… ¿porque el miedo? ¿No podría ser una razón algo más sencilla de responder?

En mi mente atravesaban cientos de cosas, posibles respuestas, y posibles nuevas interrogaciones. Estaba vagando mi mente. Nadaba en esos tristes y frustrantes delirios existenciales cuando de la nada mi mente se separó solo por un minuto de estos pensamientos para dar paso al oído. Escuche una respuesta, una posible respuesta a mi interrogación de una persona que no era yo. Una respuesta que después de una reflexión no resulto nada satisfactoria. Al contrario agravió mi estado de trastorno.

“La Vida es Fácil… es Simple Sentido Común”

Esta fue la razón de ser de un compañero. “La vida es fácil”. Que sencilla sería la vida de ser así. Si fuera solo necesario el “Sentido Común”. Lastima… la vida no es eso. Aunque así la quiera. No puede y no debe ser así.

Como leí alguna vez de una frase célebre de Miguel de Unamuno: “Hay gentes tan llenas de sentido común, que no les queda el más pequeño rincón para el sentido propio.”

Se convirtió en una obsesión la necesidad de encontrar una respuesta a esta cuestión: “¿Por qué el miedo?... ¡¿Por qué la vida es tan complicada?!

Fue ahí cuando surgió la respuesta a toda esta confusión…

REFLEXIÓN JASÍDICA.

Un hombre sabio dijo una vez que la pregunta más difícil de responder es una pregunta que tiene una respuesta simple, porque una respuesta simple es el tipo de respuesta más difícil de aceptar. Una respuesta simple parece un insulto a nuestra inteligencia, una luz a nuestro dilema. Pero a menudo la pregunta más profunda o el problema más urgente tienen una solución simple.
Humilde Admiración: “Mi religión consiste en una humilde admiración del Ilimitado Espíritu Superior, que se revela en los pequeños detalles que somos capaces de percibir con nuestra débil y enclenque mente”. –Albert Einstein-

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