martes, 31 de agosto de 2010

Hoy, quiero despedirme de ti.

Publicado por Luis Marín.


No puedo creer que te quiera para mí solo. Soy un egoísta de lo peor. A veces me arrepiento y a veces no ¿A dónde vamos a parar si no soy tuyo ni eres mía? ¡Un, dos, tres por ti!

Puedo pensar que me muero, de vez en vez... solo falta tu ser, tu pecho y tu piel. Tus manos, tu boca y tu pelo, también. Puedo pensar que me muero en el amor (el poco que nos queda, admitámoslo). Pero vivo esperando morir después, para renacer también de las cenizas de un amor desperdiciado que se reparte en la cama y nada más. Pero vivo sin tu pecho, aunque lo ansío. No quiero ser la carne que se quema, que se vive. Quiero ser el amor que se muere, que se olvida. No quiero besos en la cama y sexo nada más. Quiero que entiendas que vivo estando muerto y que muero por no estarlo de verdad.

Hoy, quiero despedirme de ti. Anclar por último momento mi amor al tuyo, establecer flotas andantes de amor inconcluso. Quiero besar tus manos, todas, cada dedo, cada uña. Quiero besarte toda, sí. Pero por última vez.

Porque decirte adiós lo he hecho muchas veces, porque sigues estando aquí y seguirás estándolo, lo sé. Porque quiero vivir y que tu vivas, que seamos libres en el mundo y naufragar en la espera del amor. Porque no quiero besar la sombra de tu pan sabroso, de tu sexo que se va. No quiero encadenar mi dependencia a la carne y nada más. Quiero amarte, pero nuestro tiempo de amor ya no está.

Si me arrepiento será cosa de pecar, no de lujuria, de calcinación. Ataré mi deseo a un ancla enorme, fumaré sus suspiros esperando que no vuelva nunca más. O llévatelo, mejor. No importa ya más. No quiero desear. No puedo desear. El amor que no se entiende con el deseo carnal, no lo quiero desear. No lo puedo desear.

Hoy quiero despedirme, y morir después. Hoy quiero decirte que sí te amé. Hoy quiero despedirme y dar el último beso a tu flor sexual. Hoy te diré adiós. Ya no puedo más…

No hay comentarios:

Publicar un comentario