A tu lado...

Publicado por Luis

Que no cese, pues, jamás este tortuoso delirio. Que las noches pasen y que los días acaben, pero que desde aquí nunca se valla jamás de mi, pues mucho he sufrido ya y aunque dispuesto estoy a sufrir mil tempestades por su amor, mis ansias no escatiman tiempo ni dedicación en tenerla ya, en poseerla, en besarla entera y amarla dulcemente. Y es que es toda ella la que hace de mi mente un manantial de pensamientos, de deseos, de delirios; son sus besos, son sus sollozos, sus abrazos: ¡es su existencia!, ella, meramente ella, la que puede con un dedo decidir el rumbo de mi futuro y dirigir con sus manos mis pasos, mi caminar. Son sus besos de miel, mi agonía existencia, son el recorrido de sus manos a mi interior, a mi corazón y pensamientos. Es ella la musa que encontré después de un tiempo. Y ahora que la tengo se va… como la noche, como el murmullo del viento, como las caricias de la luz solar que después de la tarde abandonan el caminar de la lucha para replegar sus pasos al eterno descansar. Sea pues, ella… la que vuelve cada noche y cada día, y así mismo se va… cada noche y cada nuevo amanecer.

Quisiera amanecer mañana en sus ojos, bañado en agua tibia de su pureza, besar el amanecer de su pecho con la exhalación última de la pasión madrugada. Quisiera susurrar a sus oídos el duce cantar de la mañana, como el canto del ruiseñor al anterior. Quisiera servirle la vida entera, y llevarle el desayuno hasta su cama. Quisiera ser la ropa que viste, el perfume que usa, la música que escucha. Estar siempre con ella, en sus manos, en su pelo y en su piel. Pero sobre todo, ¡oh, tortuoso delirio! Estar siempre en su envidiado corazón.

Con un beso, con un beso ella calma las llamas que en mi interior arden y da consuelo al corazón. Con un beso ella lo puede todo, puede matarme si ella quiere, o puede amarme.

Pero permanezco a su lado…