jueves, 10 de diciembre de 2009

Tinta y color vino.

Publicado por Luis


Me encontraba yo perdido. Afuera del subconsciente. Vagando sin rumbo fijo por un camino sin camino. Solo caminaba… no había nada que seguir, ningún sueño por cumplir… solo caminaba. No sabía porque lo hacía, no sabía ni para qué. No sabía ni pa’ donde darle, ¿me explico? Solo caminaba.

Y pasaba un día y pasaba un mes. Y pasaba un año y yo con la cabeza al revés. Nada me pasaba, nada me sabía, yo solo caminaba… y caminé y caminé por lugares que no recuerdo, mi vida pasó y se resumió en eso. Solo andar. Nunca sabía lo que hacía, mucho menos a donde iba… pero siempre era feliz.

A veces me inundaban las palabras vagas… los pensamientos que encallaban en mis venas a reventarlas por el fío del sudor, por el sopor del cansancio… y era entonces que la noche, bohemia, me tomaba entre sus brazos y hacia con migo una velada de ideas, pensamientos y recuerdos.

Si pensara en que hacer el día de mañana tal vez no pensara en nada. Todo viene solo. Y seguía caminando y seguía caminando. Era lo único que sabía hacer.

Nunca esperé encontrar nada, pero siempre me pasaba que lo hacía. De repente sucedía, y llegaban a mi vida emociones que salían de la nada, llegaban impacientes a darle un vuelco a mi vida. Muchas veces caí con ellas, muchas veces dancé con ellas, muchas veces lloré con ellas, pero siempre llegaban y se iban… pero eso no me importaba… yo caminaba.

Hubo algún recuerdo que aún queda en mi memoria… hubo muchos, pero uno en particular, y es aquí donde hago una pausa para contarles la extraña anécdota que me ocurrió:

Una noche de verano, en la cálida noche que pasaba desapercibida por mis ojos, escuché un ruido a lo lejos, no tan lejos, pero sí. Me levanté y observé… esperé ver algo. Nada especial a excepción de ese pequeño árbol rojo que teñía el lugar de vino. Más no me pareció la gran cosa. Solo reposaba ahí, perezoso y cansado, tal vez triste. Volvía a acostarme sobre el duro suelo del bosque, intentando conciliar de nuevo el sueño, mas de nuevo un ruido interrumpió mí encantador adormecer, esta vez me levanté y me acerqué a aquel extraño árbol. Era pequeño, no sabía si era un arbusto o alguno de esos pequeños árboles que crece en los lugares más recónditos del ser. Entonces lo vi con claridad. De aquel árbol emanaba un extraño olor a incienso, y al acercarme vi que este ardía en una pequeña llama, como veladora en un cuarto sin luz, en sobras, y sin aire. La llama que pequeña se alimentaba sorbo a sorbo del tono rojizo de aquel extraño árbol pronto se convertiría en un incendio inoportuno que mató toda pereza que quedaba viva en mis ojos.

Caí hacia atrás, en la parte donde el suelo era aun más duro. Me lastimé y grité… aquello era inusual. Pronto calmo el fuego, pero el ruido no cesaba. A propósito del ruido, era una cosa extraña, como el latido del corazón enamorado, pero el corazón naciente en ojo de agua… inexplicable, ¿hartante?... no, no lo era, pero era… melancólico tal vez. El fuego se había extinto, dejando solo cenizas en la combustión pronta de aquel pequeño árbol, pero el ruido y la flama continuaban. La flama se encontraba en el centro de las cenizas como esperando a encontrar algo más que quemar. No moría… y el latido continuaba.

Me acerque temeroso a aquella flama y pasé mi mano sobre su ardor. El fuego no quemaba, solo estaba. Y pronto lo tomé en mis manos con confianza. No sé cómo explicar lo que sucedió a continuación:

La luz que emanaba de esa flama, y el calor que palpitaba entre mis manos era exquisito. Quedé en estado de trance, no estoy seguro cuanto tiempo, pero de lo que si estoy seguro es que sí disfruté aquel fuego. Me llamaba. No estoy seguro de lo que me decía pero de pronto surgieron unas ganas inmensas de engullir ese trozo de amor en mi boca y tragarlo. Acto seguido… lo hice.

Nos se cómo explicar aquel hecho inexplicable. Pero creo que se explica solo y sin palabras.

De lo que pasó después no recuerdo nada.

Al otro día amanecí con una sensación de estar completo y satisfecho. Feliz, muy feliz. Me sentía… lleno, amable y gentilmente enamorado. Amanecí de un modo extraño: desnudo y empapado de cenizas… olía a incienso. Un extraño olor a incienso que impregnaba mi ser.

Me lavé, recogí mi tiradero de la noche anterior. Al estar listo me volví a aquel arbusto que ahora reposaba feliz en incienso, seguía dormido allí, muy solo y complacido él. Lo moví… pero no despertaba… era perezosa aquella mujer, valla que sí. No quise interrumpir su sueño. Me acerque hacia su boca, la besé y después de ahí a su odio susurre: Te Amo.

Y me fui.

Ahora solo camino, y camino. Pero ahora, por alguna extraña razón ya no quiero caminar. Si no buscaba algo… lo encontré. ¿Lo ven?, no hay nada pero sin embargo ahí está.

Ahora me dirijo a casa, de la mano de mi amada. Y entonces… desperté.

Desperté del largo camino de la vida… desperté al lado de mi mujer amada y escribí este cuento surrealista que relata la vida de mi amor que el día de ayer acribillé en mis pensamientos. Ahora mismo la cama esta bañada en un extraño color vino…

5 comentarios:

  1. La verdad...
    Me encanta como escribes
    Dices qué no eres bueno?
    Ba!
    Mala yo, pero tú tienes un don
    jaja...

    Soy un poco torpe en esto pero creo que ya
    me uní a tus seguidores..
    Gracias por pasar...
    Me encantó este poema...
    =)

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  2. Hola hola
    :)
    hermoso poema
    mmm... sinceramente no se que escribir
    ya que no suelo hacer esto pero en fin
    te dejo este intento de comentario jaja

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  3. LO K DICES E SMUY BELLO ME GUSTO MUCHO MESCLKAS MUY BIEN LA REALIDAD Y LA IMAGINACION ME GSUTO EL ESCRITO

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  4. ...Hi there!

    Qué ondón, pues...hablando de amor...jaja, es muy similar lo que me sucede actualmente, bueno...desde siempre...camino y camino sola, camino y camino, de vez en vez creo detenerme un momento y veo un espejismo de amor. Mi cama no se ha entintado con vino aún...nadie ha sido real, sólo sueños de otoño. Me gustó este relato. Ya te agregué al msn, ahí nos ponemos de acuerdo para tomar un cofi.

    Chaito Maese Luis

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  5. O_O

    ¡Ahora el que asusto fuiste tú!

    Neta marinela (WTF!) eso que escribiste fue muy chido, y más alla de eso me sentí completamente identificada..

    Dale, entre tantas coincidencias de pensamiento y cosas a ver si pronto nos echamos una platicadita en vivo y directo ¿no?

    Saludos!

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