“Estoy sentado, escribiendo frente a la ventana. Llueve. Veo caer el agua. Jugar y salpicar… cierro los ojos. Me gustaría ser agua…”
Se sienta al frente. Cierra la puerta y voltea su silla para contemplar la ventana. La luz lo ilumina. Llora. Llora, llora, y llora más. Estaría ahí una eternidad de así desearlo. Y así lo desea.
Se calla para ver qué sucede en su interior –¡pum, pum, pum!- retumba el corazón. Y suena, eco. Hueco. Se enjuga las lágrimas y la luz ya no se filtra porque ha caído la noche.
Si le preguntan por qué llora, no sabría contestarle a nadie, ni a él mismo, pues no lo sabe. Unas ganas incontrolables de rodar lágrimas por las mejillas le surgieron de repente y consintió su antojo. Se conoció a él mismo en la lectura de la noche anterior…
¡Ya sabe porqué llora!
Hoy terminó el gran libro y lo relee una vez más, aunque ya no tiene sentido, pues la emoción primera ya se ha extinguido…
:(
“La oración gestáltica de Fritz, según yo mismo, dice:
Yo soy yo.
Tú eres tú.
Yo no estoy en este mundo
para llenar todas tus expectativas
y sé que no estás en este mundo
para llenar todas las mías.
Porque yo soy yo
y tú eres tú.
Y cuanto tú y yo nos encontramos
es hermoso.
Y cuando, encontrándonos, no nos encontramos
no hay nada que hacer.
Gracias y adiós…”
Gracias Fritz, gracias Jorge Bucay :)
deja que te regale el libro que te dije y ni te vas a acordar de ese!
ResponderEliminar:D no te creas, pero te distraera.
ilovecuijopodosoretehartamenteunchingo
eso se siente cuando uno deja de leer porque las páginas se terminan... ah...yo extraño K´tsina y Lolita... nada es igual
ResponderEliminarMe encantó. Yo también hago escritos cuando termino de leer un libro n.n
ResponderEliminarPero siempre me voy a acordar cuando terminé El tambor de hojalata de Günter Grass (tardé seis meses!) las lágrimas rodaron u.u
La frase que más me gustó:
Y suena, eco. Hueco.